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domingo, 29 de octubre de 2023

Sopa de cebolla.

 

     Un plato de sopa caliente en una noche fría es delicioso, entona el cuerpo y alegra el alma y si es de cebolla nos eleva a un mundo de sabor sabor increíble.
INGREDIENTES
Cebollas blancas, una mediana por cabeza.
Dos ajos
Un poco de caldo vegetal o de carne.
Vino blanco
Aceite de oliva
Rebanadas de pan tostado en el momento, que no sea integral por favor.
Una loncha de queso
Sal
Una pizca de pimienta blanca
Agua.
PREPARACIÓN
   Cortamos en hilos las cebollas con cuidado de no llevarnos los dedos, si no somos maestros en el arte del cuchillo los cortamos un poco más gorditos. Los ponemos en una sartén con un chorreón no demasiado grande de aceite y añadimos los ajos cortados muy pequeños, ponemos a fuego moderado, tapamos y dejamos que la cebolla se ablande. 
  Con el fuego muy flojito vamos moviendo de vez en cuando y tapamos para que el jugo de la cebolla no se pierda; cuando esté blanda -transparente- le añadimos un chorrito de vino, la sal y la pimienta y dejamos hervir, siempre a fuego lento, hasta que se reduce todo y la cebolla empieza a coger color. En ese punto añadimos el caldo, la pastilla de caldo o nada si no tenemos de lo anterior, cubrimos con bastante agua y a hervir unos cinco minutos.

  Cuando vayamos a servir la echamos en unos cuencos, le ponemos una rodaja de pan tostado encima y la cubrimos con una loncha de queso, gratinamos un momento hasta que al queso le empiecen a salir burbujas y a la mesa.
 Un primer plato buenísimo para las noches de otoño con la lluvia en los cristales o la nieve pasando de través por la ventana o sin nada de lo anterior, incluso si no es otoño ni invierno está buenísima.

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