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La cocina de Serafín Sin Sal.

 Con la cocina de Serafín Sin Sal pretendo dar a conocer aquella cocina que nunca tendría una sola estrella Michelín y no por mala sino porque son platos modestos, hechos en casa, con cuatro cosas fáciles de conseguir y que no están cultivadas en la huerta de la tía Nekane ni aliñadas con esencia de jaramillo destilada a la luz de la luna mientras cantaba Palito Ortega. No es por nada, pero en la tienda de la esquina encuentro cosas tan maravillosas como una lechuga con sabor a lechuga y en el mercado no digamos; la excelencia a precios normales.
    Esta cocina es cordial, conocida, variable y con sabor. La puedes hacer tal cual, la puedes modificar al gusto -como verás eso de las cantidades es algo muy relativo- y convertirla en tu plato.
También, poco a poco, iré añadiendo cositas nuevas como recomendaciones de vinos o sitios que visitar, pero eso es otra historia.

   También quiero que veas mi auténtica cocina, donde guisamos y comemos todos los días. Es una cocina a la antigua usanza, con una gran mesa en el centro para comer allí mismo, un horno de leña de Pereruela de Sayago con puerta de guillotina.
   Normalmente guiso en cacharros de cobre y acero inoxidable, barro, hierro colado, aluminio, acero y poco teflón. ya los iréis viendo en las fotos.
 Tengo un horno de leña, otro eléctrico y fuegos de propano.
No es especialmente bonita, pero a mí me gusta; me pasa lo mismo que con Barbra Streisand.
 Cada día pretendo que aparezca una receta de lo que comemos en la casa e incluso menús completos. Todos los platos son fáciles de hacer y una vez preparados ya no se te olvidan.
  Espero que lo disfrutéis y que me aconsejéis con vuestros comentarios.
                                                                          Buen gusto y gracias.
                                                                          Serafín Sin Sal

P. S. A pesar de mis apellidos me gusta la comida con sabor, con sal.