Así que sin fotos vamos directamente al jurel.
INGREDIENTES para cuatro personas.
Dos jureles grandes frescos, no van a ser echados a perder.
Una cebolla dulce, de esas muy blancas, mediana o, mejor, grandecita.
Una patata
Un ajo
100 gramos de jamón cortado en daditos o lonchas finas.
Pimiento morrón o de piquillo, o mejor, cornicabra seco ablandado en agua.
Vino blanco suave
Sal
poco más.
PREPARACIÓN
Limpiamos un par de buenos jureles, de esos que parecen caballas, y los lavamos bien. Conviene romperle las venas que van a lo largo de la espina parav que sangren todo lo que puedan, para que la salsita no quede muy oscura, nada más, salamos y los dejamos enteros, sin abrirlos más que lo imprescindible. Pelamos y cortamos en lonchas muy muy finas y las vamos colocando en la besuguera engrasada previamente con grasa de pollo o aceite -mejor grasa de pollo untada con el dedo-para que formen una capa tenue en el fondo. La intención es que el pescado no se pegue al cacharro y después comernos las patatas, pero lo primero es que no se peguen los jureles. A fuego mediano -unos 90, 100ºC- los colocamos en el horno tapados con papel aluminio una media hora como mucho, si son grandes vale, pero si son medianos con unos 20 minutos están listos.
Mientras ponemos en una sartén un bue chorreón de aceite crudo, el diente de ajo loncheado, la cebolla cortada muy fina y a abladar a fuego muy suave. Cuando está transparente añadimos el vino y un poquito de agua, añadimos el jamón y seguimos al fuego hasta que se reduzca todo. Ahora viene lo bueno. hay que dejar que se consuman los jugos y que la cebolla empiece a pegarse -mucho cuidado-, movemos, aguantamos al fuego, movemos, hasta que veamos que el paso siguiente es quemarse todo. Ese es el momento de apagar el fuego. La cebolla se habrá caramelizado con el jamón -nada de azúcar moreno- y el aceite vuelve a ser transparente. Es el punto.
sacamos los jureles del horno, les quitamos la piel dura que habrá formado una coraza que ha ayudado a al carne a cocerse bien sin perder jugos, extendemos los filetes lo mejor que podamos en el plato y cubrimos con una generosa capa de la salsita de las cebolla y el jamón.
¡Para mojar pan! Nunca mejor dicho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario