Como mi amiga Dunia no come cerdo le he preparado algo distinto y al pollo, noble carne aunque cada vez más cara, también se le saca partido. Por otra parte, como los demás tomamos jamón asado, ella tenía un plato similar de segundo. Le ha gustado o al menos ella así me lo ha garantizado, claro, que tampoco iba a decir "ésto no hay quién se lo coma, sabe a librería de Ikea".
De verdad, está muy bueno, buenísimo diría mi prima Evangelina, "¡y a al galifate este lo buenas que le salen las cosas! Que diría mi abuelo.
INGREDIENTES
Media pechuga de pollo deshuesada y con la piel.
Medio calabacín
3 espárragos de lata blancos
Cebolleta o cebolla molida
Sal
Albahaca
Pimienta molida
Aceite de oliva
PREPARACIÓN.
Abrimos la pechuga en forma de libro con tres o cuatro cortes desde la patrte fina como se ve en la fotografía. salpimentamos y le ponemos las hierbas.
Rellenamos cada abertura con lonchas finas de calabacín y los espárragos machacados con un tenedor extendiendo bien la pasta.
Ahora podemos poner la cebolleta cortada muy fina o sustituirla por cebolla en polvo, el resultado varía poco y no te encuentras los hilos de cebolla luego.
Cerramos los libros, compactamos con las manos y colocamos la pechuga en un recipiente de horno sobre una base de láminas de calabacino, esto hace que no se pegue al cacharro y aporta humedad.
Metemos en el horno a buena temperatura y en 20 minutos los tenemos listos.
Yo lo he hecho en el horno de leña a 180 grados y sale de rechupete.
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